Haut-de-Cagnes

Cuando «La colina redondeada»…

«Cagnes» es un nombre de origen ligur que significa «lugar habitado en una colina redondeada».

Este espolón rocoso, que se eleva a 91 metros sobre el nivel del mar, ofrecía a nuestros antepasados una posición ideal para la vigilancia y la defensa, cerca de un río y de buenas tierras.

Este lugar fue ocupado primero por los celtíberos y luego por los galorromanos.

En 1388, el cercano río Var se convirtió en la frontera natural entre el Condado de Provenza y el país de Niza, que se separó y quedó bajo la autoridad de los Condes de Saboya. Cagnes, con una población de aproximadamente 1.200 a 1.500 habitantes, se convirtió en una ciudad fronteriza del Var.

Cuando la Provenza se unió a Francia en 1483, Cagnes se convirtió en una ciudad fronteriza en la única carretera que conducía a Francia desde los Estados de Saboya.

A partir del siglo XVI, esta zona fronteriza, que entró en un ciclo de grandes guerras europeas, fue a menudo saqueada y expoliada.

Cagnes vivió su época más gloriosa durante el reinado de Luis XIII, cuando su castillo-fortaleza fue transformado por Jean-Henri Grimaldi en una suntuosa residencia señorial hacia 1620: este palacio se convirtió entonces en el más frecuentado de la región.

Los reinados de Luis XIV y Luis XV trajeron consigo guerras y múltiples invasiones de la zona fronteriza.

En la época de la Revolución Francesa, en 1790, Cagnes sólo contaba con 1.388 habitantes, la mayoría de los cuales eran campesinos que vivían del cultivo de la vid, el olivo, el cáñamo, los cítricos y la fruta temprana.