Castillo-Museo Grimaldi

Restos de las murallas

El pueblo medieval, estratégicamente encaramado en la cima del espolón rocoso de la colina, ocupa una posición defensiva natural que domina la llanura y la bahía de los Ángeles desde Cap Ferrat hasta Cap d’Antibes.

Estos muros defensivos, de construcción más bien rudimentaria, eran tan fuertes como su enorme grosor de 3 m de media en la base y 1 m en la parte superior. Encerraron la ciudad en forma de herradura con ramas desiguales, que seguían el terreno irregular.

Estas murallas dan testimonio del agitado pasado de una codiciada zona fronteriza, ya que el cercano río Var fue durante mucho tiempo, desde 1388 hasta 1860, la frontera natural entre el Condado de Provenza y el país de Niza, es decir, entre el Reino de Francia y los Estados de la Casa de Saboya (actual Italia).

Los habitantes utilizaron entonces las murallas derrumbadas como cantera de piedra y reutilizaron el material para construir sus casas en el lugar de las murallas ahora inservibles. Cortaron puertas y ventanas en las paredes restantes, que incorporaron a sus graneros y casas.